Las piezas para niños (1948) de Carlos Isamitt Alarcón, responde a una serie de creaciones musicales con fines  pedagógicos que hemos podido rastrear en su archivo personal. Es así como hemos encontrado un grupo importante de partituras corales para voces blancas iguales a dos, tres y cuatro voces con texto en español y mapudungun. Asimismo, otras obra para piano: Travesuras para niños a cuatro manos, Segundo cuaderno con piezas para niños, Escenas de niños, por nombrar algunas. 

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Hombres de gobierno, intelectuales, habitantes de las ciudades, han vivido muy ajenos, muy distantes y aun corno extraños a la realidad de la masa rural y a sus manifestaciones vitales más características. A veces, cuando algunos han solido aventurarse a sostener opiniones sobre el indígena o el hombre del pueblo, ellas han sido generalmente negativas, edificadas sin ningún conocimiento real, fuera de toda validez de juicio.

(Isamitt, C. (1946). El folklore como elemento básico del liceo renovado)

 

la pedagogía en la vida de Isamitt ha sido poco tratada por la literatura. Su relevante participación en la reforma del Liceo renovado en 1945, que incluye por primera vez en el currículo nacional la enseñanza del folklore, es una de las política pública encabezadas por Isamitt que aún tenemos pendiente por estudiar. Si bien hemos realizados algunos alcances, el amplio aspecto de esta función desarrollada, amerita una profundización integra en su abordaje. De esta manera, su trabajo desarrollado en la educación musical del Liceo renovado se suma y conecta a la pionera reforma realizada en la Escuela de Bellas Artes en 1927, ambas acciones, basadas en el estudio de las artes populares -indígenas y criollas- de nuestro país.

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